Florida ha visto muy de cerca los efectos de los desastres ambientales relacionados con la perforación en alta mar. Sin duda, el más dramático de todos fue el desastre de BP Deepwater Horizon en 2010, que mató a 11 tripulantes, acabo con más de un millón de aves y resultó en más de $60,000 millones de dólares en costos de limpieza.
Diez años más tarde, según un estudio de peces en todo el Golfo realizado por la Universidad del Sur de Florida (USF), todas las especies sometidas a análisis químicos detallados revelaron algún grado de contaminación por hidrocarburos. Los científicos marinos de la USF encontraron también que los niveles más altos de exposición al petróleo se detectaron en el atún aleta amarilla, el blanquillo dorado y el pez tambor rojo.
La perforación en alta mar no solo ha resultado en algunos de los peores desastres ambientales, sino que también es el ejemplo más claro del costo que se transfiere a los contribuyentes y una actividad que tiende a impactar en las comunidades más vulnerables. “Solo se necesita un derrame o accidente para privar a las comunidades hispanas de bajos ingresos del acceso a la costa, que es una forma importante de escapar del estrés de las áreas urbanas donde viven muchas minorías”, dice Marce Gutiérrez-Graudiņš, fundadora y directora ejecutiva de Azul.
A medida que las grandes petroleras continúan presionando contra la orden ejecutiva del presidente Biden de poner una pausa en la perforación de hidrocarburos en alta mar, Azul se acercó a un grupo de activistas, conservacionistas y representantes latinos en las comunidades costeras para escuchar lo que tienen que decir sobre la perforación en alta mar. Desde California hasta Connecticut y Miami, el mensaje que escuchamos fue alto y claro: la perforación en alta mar es una seria amenaza no solo para el medio ambiente sino también para nuestra conexión con el océano.
En nuestra segunda entrega de #BlueVoces, les presentamos al demócrata Ricky Junquera, secretario regional de prensa de Sierra Club y excandidato al senado de la Florida, quien afirma, categóricamente, que debemos decir “no” a la perforación en alta mar.
“Todos estamos en contra de la perforación en alta mar; todos recordamos el derrame de petróleo de BP en el Golfo y cómo afectó la economía local de la costa del Golfo de Florida. No debemos dejar que eso vuelva a suceder”.